El tipo de cambio informal se disparó la semana pasada en Argentina a 550 pesos por dólar, frente a los 528 pesos registrado días atrás, frente a una depreciación de la moneda en el mercado legal, en medio de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
El gobierno argentino estableció una serie de medidas para estimular las exportaciones y desincentivar las importaciones, en un intento por aumentar sus muy reducidas reservas internacionales y equilibrar el desbalance en el comercio exterior dentro del sistema de control de cambio que rige desde 2019.
En el primer semestre de este año, el déficit comercial fue de 4.387 millones de dólares. Las reservas internacionales, que estaban por encima de los 44.000 millones de dólares en enero, se ubican ahora en poco más de 25.000 millones.
Nuevo tipo de cambio
Las medidas contemplan un nuevo tipo de cambio que estará vigente hasta el 31 de agosto para las exportaciones agrícolas, con una tasa de 340 pesos por dólar (mejor que la oficial de 284 pesos por dólar). El objetivo de esta disposición es incentivar las ventas del sector agropecuario, sobre el cual se aplican impuestos y retenciones que permitirían reforzar las mermadas reservas.
También se fijaron nuevos impuestos a las importaciones, que incidieron en la cotización de los diversos tipos de cambio que existen en Argentina.
Devaluación selectiva del tipo de cambio
En Argentina hay una docena de tipos de cambio legales, además del informal, conocido como ‘dólar blue’, que pese a mover una pequeña porción del mercado se constituye en una referencia para los precios de la economía.
«Se sigue una metodología de devaluar de manera selectiva: en vez de devaluar se pone un tipo de cambio para cada producto», explicó a la agencia AFP Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.
Las medidas, que abarcan también un adelanto de impuestos para las grandes empresas, se tomaron mientras Argentina negocia con el Fondo Monetario Internacional nuevas metas para el programa crediticio por 44.000 millones de dólares que mantiene con el organismo.
El gobierno y el FMI anunciaron que acordaron «los objetivos y parámetros centrales» que en los próximos días elevarán a la aprobación del directorio de la entidad, del cual depende que haya nuevos desembolsos, vitales para que el país cumpla sus obligaciones.
Argentina, que en octubre celebrará elecciones presidenciales y parlamentarias, no ha podido cumplir con las metas de acumulación de reservas internacionales y de reducción del déficit fiscal planteadas para el primer y segundo trimestre de este año en ese acuerdo crediticio.